
Retinopatía diabética
Pérdida de la visión causada por la diabetes
Qué es, cómo sé si lo tengo, medidas de prevención y tratamiento de la retinopatía diabética
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¿Qué es la retinopatía diabética?
Las personas con diabetes pueden tener una enfermedad ocular llamada retinopatía diabética. Esta enfermedad ocurre porque los niveles altos de azúcar en la sangre causan lesiones a los vasos sanguíneos de la retina.
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Los vasos pueden, o hincharse y provocar la pérdida de líquidos (sangre) dentro del ojo o obstruir el flujo de sangre e impedir su circulación. Además, se pueden generar nuevos vasos sanguíneos defectuosos en la retina. Todas estas variaciones pueden causar una pérdida de la visión.
Le retina es la capa del ojo más importante. Contiene células que captan la luz y la transforman en impulsos eléctricos que llegan al cerebro y crean la imagen que vemos. Problemas en la retina pueden derivan en visión borrosa, pérdida parcial o ceguera irreversible.
La retinopatía diabética es la principal causa de nuevos casos de ceguera en pacientes con diabetes. En 2020, más de 103 millones de personas con diabetes en todo el mundo tuvieron retinopatía diabética y se estima que este número aumentará a 160 millones para 2045.
Este artículo habla sobre los principios de la detección de la retinopatía diabética, las medidas que hay que tomar para prevenir su desarrollo y progresión y cómo se ha de tratar.
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¿A quién le afecta la retinopatía diabética?

Las personas con diabetes tipo 1 y tipo 2, incluido los niños, tienen un mayor riesgo de padecer retinopatía diabética. Deben hacerse pruebas de detección periódicas con un examen ocular completo, ya que se puede tener la enfermedad sin tener síntomas visibles hasta que se haya desarrollado y la visión esté en peligro.
¿Cómo sé si tengo retinopatía diabética?
Habitualmente, no presenta indicios en las etapas tempranas. Conforme va empeorando, aparecerán los siguientes síntomas de la retinopatía diabética:
- Visión borrosa
- Áreas oscuras o blancas en el campo visual
- Peor visión nocturna
- Alternancia entre visión borrosa y nítida
- Los colores se oscurecen
Etapas de la retinopatía diabética
Consta de dos etapas principales: no proliferativa y proliferativa.
Retinopatía diabética no proliferativa (NPDR)
Es la etapa temprana de la enfermedad. Varias personas con diabetes la tienen. Los vasos sanguíneos comienzan a perder líquidos y hace que la retina en el ojo se inflame. Además, los vasos sanguíneos se pueden obstruir, haciendo que la sangre no llegue a la retina. Esto puede hacer que se formen pequeñas partículas llamadas exudados, causando una visión borrosa.
Retinopatía diabética proliferativa (PDR)
Es la etapa tardía de la enfermedad. La retina comienza a producir nuevos vasos sanguíneos porque no le llega sangre. Estos vasos son muy finos y débiles y se rompen fácilmente. Si se pierde poca sangre, se crean áreas oscuras en el campo de visión. Si se pierde mucha sangre, puede obstruir toda la visión. Los vasos sanguíneos pueden producir una cicatriz que ésta puede derivar en un desprendimiento de retina.
La PDR puede causar la pérdida de la visión central, como la periférica.
Medidas de prevención de la retinopatía diabética

Un control estricto del nivel de azúcar en la sangre es fundamental para prevenir la progresión de la retinopatía diabética. Ocasionalmente, puede incluso devolver algo de visión. Revisar la presión arterial y el colesterol de forma recurrente porque una tensión alta y grasas elevadas dañan más rápido los conductos sanguíneos.
Se recomienda ir a un oftalmólogo u optometrista para un examen ocular inicial completo. Éste colocará unas gotas en los ojos para que se dilate la pupila y le permita ver al especialista con mayor facilidad el interior del ojo. Actualmente, existen unos equipos que evitan el uso de las gotas.
Si se detecta cualquier grado de retinopatía diabética en el examen, la persona debe ir a revisiones al menos una vez al año.
Si los síntomas empeoran y la visión se ve afectada, se requerirán exámenes más frecuentemente. Por el contrario, si uno o más exámenes oculares anuales no muestran ningún índice de retinopatía diabética y los niveles de azúcar se encuentran en los rangos normales, estos exámenes pueden realizarse cada uno o dos años.
Tratamiento de la retinopatía diabética
El tratamiento para esta enfermedad depende en gran medida del tipo de retinopatía diabética que se tenga y de su gravedad.
Si se tiene retinopatía diabética no proliferativa, de leve a moderada, es probable que no se necesite tratamiento de inmediato. Sin embargo, es necesario ir al oftalmólogo para que se realice un control detenido en los ojos para determinar cuándo se ha de tratar. Un buen control de la glucosa en la sangre generalmente puede disminuir su avance.
Para la retinopatía diabética proliferativa, se necesitará un tratamiento de inmediato. La técnica de inyección en el ojo para administrar medicamentos como (Lucentis, Eylea o Avastin) para frenar el crecimiento de los vasos sanguíneos anormales son frecuentes cuando se trata de una inflamación en la mácula del ojo.
Asimismo, se puede emplear el láser que sella las filtraciones de sangre y reduce el tamaño de los vasos sanguíneos anormales. Ayuda a evitar que se siga inflamando la mácula del ojo. No puede restaurar la visión por completo.
Igualmente, existe una cirugía para extraer sangre y tejido cicatricial del interior del ojo llamada vitrectomía. Se realiza en un quirófano con anestesia local o general.
En resumen, el tratamiento puede detener o retrasar el avance de la retinopatía diabética, pero nunca lo llegará a curar. Debido a que la diabetes es una afección de por vida, el daño de la retina y la pérdida de visión siguen siendo posibles en el futuro.
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